En primer lugar veamos los parámetros básicos de una batería:
- Tensión
nominal:
Es la tensión de trabajo normal de la batería. En el caso de los vasos
(baterías) usados en instalaciones solares, suele ser de 2V.
- Capacidad
de carga: Es la capacidad de la batería y se mide en Ah. Por
ejemplo, una batería en cuyas cacterísticas
se lea que tiene una capadidad de 370Ah, quiere decir que puede
entregar 370A durante una hora, pero este es un valor que está referido
a otro parámetro, la C, que vamos a ver a continuación.
- Capacidad de carga/descarga C: La C va siempre seguida de un número que puede ser por ej. C5, C10, C20, C100, C120... El número indica las horas durante las que se estará descargando la batería hasta alcanzar el mínimo de tensión a la que según el fabricante estará completamente descargada (un valor típico para un vaso de 2V, podría ser 1,8V). Es decir, si el fabricante indica que la batería tiene una capacidad de 370Ah con una C120, significa que nos puede entregar hasta 370A si la descargamos en 120h. En el caso de que esa misma batería la descargásemos en 20h (C20), la carga que nos podría entregar sería menor de esos 370Ah.
Las baterías más populares son las usadas en los
automóviles, que si bien se podrían usar en una instalación solar, no
son las más recomendables. Esas baterías son del tipo "ciclo corto",
que quiere decir que pueden entregar una muy elevada corriente durante
periodos de tiempo muy cortos, como por ejemplo, al arrancar el
motor del coche. Por contra, estas baterías no admiten muchas descargas
completas, normalmente no admiten más de 50 descargas en su vida útil.
En instalaciones solares, las baterías adecuadas son
las del tipo "ciclo profundo",
que ofrecen corriente durante un largo
periodo de tiempo, permitiendo muchas descargas profundas, que según el
modelo
de batería puede alcanzar hasta el 90% de su capacidad, así que pueden
ser cargadas y descargadas repetidamente.
Dentro del tipo de baterías de ciclo profundo, que son las que nos
interesa estudiar, nos encontramos las "Monoblock"
y las "Estacionarias".
Antendiendo a esta clasificación, veamos los distintos tipos de cada
una de ellas que podemos encontrar en el mercado.
Dentro de esta clase de de baterías nos encontramos con dos tipos: las convencionales que llevan el electrolito líquido, y las selladas, en las que el electrolíto no está en estado líquido.
Su uso es apto para pequeñas instalaciones en las que no haya mucha demanda, como por ejemplo en viviendas de uso en fines de semana. Su capacidad suele rondar los 250Ah, y permiten descargas de hasta un 75% de profundidad.
Dentro de este tipo nos encontramos con
las AGM y las de Gel. Ambas
baterías usan la tecnología VRLA (Valve-Regulated Lead-Acid); son
herméticas y si se produce un escape de gas será a través de las
válvulas de
seguridad y esto ocurrirá únicamente en el caso
de sobrecarga o de algún fallo de los componentes.
Ventajas:
Poseen una muy baja autodescarga. Pueden mantener la carga hasta 6 meses.
No requieren locales ventilados.
Se pueden colocar en cualquier posición.
Alcanzan una eficiencia de hasta un 95%.
Tienen un comportamiento muy bueno en aplicaciones de descarga lenta.
Soportan descargas profundas.
Aptas para ambientes con vibraciones y golpes.
Soportan bien los climas fríos.
La sulfatación es más lenta con respecto a las baterías de plomo convencionales, lo que hace que pierdan menos capaciad.
Tienen un voltaje muy estable durante la descarga.
Desventajas:
A pesar de que soportan descargas profundas o prolongadas, cuando estas son muy frecuentes tienen una influencia muy negativa en la duración de la vida de las baterías. Hay que adaptar el regulador a este tipo de baterías, ya que al estar selladas no se permite la equalización del electrolito.
Las condiciones de trabajo en altas temperaturas afectan
notablemente a la vida útil de las baterías. Veamos una tabla
comparativa de baterías de la marca Victron:
Son más caras que las convencionales.
A continuación veremos las diferencias entre ambas.
AGM son las siglas de Absorbent
Glass Material, y significa que el electrolito se encuentra
embebido en fibra de vidrio
entre las placas internas.
En estas baterías el electrolito no es
líquido, si no que está gelificado.
Las AGM resultan más adecuadas para suministrar corrientes muy elevadas durante períodos cortos (arranque) que las baterías de Gel.
Las de Gel deben cargarse con tensiones más bajas que las AGM, por lo que el regulador debe estar correctamente ajustado.
Las de Gel tienen una mayor duración de vida y una mejor capacidad de ciclos que las AGM.